La mañana del viernes le pedí al
juez que no me
escuche a mí, le pedí que escuche a los adultos mayores, a los estudiantes, a
los ciegos, a las personas con discapacidad... le pedí que escuche a Guayaquil.
Los
tribunales no pueden detener el desarrollo que los guayaquileños eligieron en
las urnas, los intereses de unos cuantos no pueden poner en riesgo el bienestar
de todos quienes se ven beneficiados por un servicio de calidad que va
avanzando y engrandeciendo y dignificando a los ecuatorianos que viven en
Guayaquil.
Expresé en mi intervención que el caos y el desorden no le van a ganar al desarrollo y al progreso, que las ilegalidades no le van a ganar al orden y al bienestar.
Históricamente los guayaquileños hemos librado muchas batallas, nos hemos enfrentado a piratas, invasores y saqueadores... Hoy enfrentamos a los nuevos enemigos de Guayaquil.
El
progreso de Guayaquil nada, ni nadie lo detiene!.